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Nikolai Grozni, Jóvenes talentos

Nikolai Grozni en el  Concurso Chopin de 1989.
Nikolai Grozni (Sofía, 1973) fue un niño prodigio al piano; desde niño participó en festivales fuera de su país. En 1989 participó, en Sofía, en el Concurso Chopin. Hoy es autor de varias novelas y libros de relatos, de los que Jóvenes talentos (2011; Libros del Asteroide, 2012) es el único traducido al castellano.
Es evidente que redactar Jóvenes talentos supuso una importante catarsis para su autor; puede parecer que es una novela que podría tener unas cuantas páginas menos - hay un momento en que resulta un poco repetitiva y parece no avanzar - pero está claro que Grozni no quería - no podía - dejar de contar ni una sola de las cosas que llevaba guardadas desde hacía más de veinte años. Es evidente que casi todo Konstantin es Nikolai.
Jóvenes talentos, en primera persona, comienza con un prólogo escrito en presente histórico que sitúa el relato, que se desarrolla luego a lo largo de una serie de capítulos, cada uno de ellos centrado en un día concreto y relacionado con una pieza concreta de música clásica. La situación es esta: Konstantin es estudiante de la Escuela de Música de Sofía para Jóvenes Talentos, es uno de sus mejores pianistas. Sofía es una ciudad gris bajo el régimen comunista. Y la acción va a transcurrir entre noviembre de 1987, cuando Konstantin tiene quince años y noviembre de 1989, apenas unos días después de la caída del muro de Berlín, cuando Konstantin, tras participar en el Concurso Chopin, es expulsado de la Escuela.
A través de su relato Konstantin nos presenta un mundo hostil al afecto:

  • Konstantin tiene una relación con sus padres tan absolutamente carente de cualquier sentimiento paternal o filial que nos parece inconcebible; apenas se ven, él duerme la mayor parte de las noches en casa de su abuela, en la Escuela o, incluso, en la calle, ellos apenas se preocupan por él.
  • en la Escuela el odio entre alumnos y profesores es patente. Todos los profesores tienen motes, incluso la Mariquita, la profesora de piano que ha acompañado a Konstantin desde su primer concierto en el extranjero - Konstantin, ha estado al otro lado del muro - y casi la única persona con la que Konstantin mantiene una relación positiva. Los alumnos rechazan la historia, las matemáticas, la instrucción militar y todas las demás asignaturas a las que están obligados y consideran inútiles en su formación musical.
  • los alumnos también se odian. Los robots y los rebeldes al sistema. La amistad de Konstantin con otros alumnos talentosos nunca es del todo sincera y acaba mal. La hostilidad de los alumnos hacia todo su entorno les lleva a refugiarse en el tabaco, en el alcohol, en polvos echados apresuradamente en el desván de la escuela, en el próximo Jardín de los Médicos o en el portal de cualquier edificio cercano. Algunas chicas han abortado ya con apenas quince años.
  • la ciudad es plomiza y triste, sometida, como la escuela, a un régimen autoritario. Se diría que el único objetivo del comunismo es crear una sociedad en la que no haya ni un milímetro para el amor, la amistad o el afecto; sin sentimientos es más fácil seguir órdenes y aceptar la autoridad.

Y la música, como única liberación posible:

La música puede curar, puede dar nueva vida.

A los músicos se les dispensa de participar en la locura de los gobiernos y los países; los músicos pueden fingir que no comprenden el lenguaje de la gente corriente.

Yo era afortunado. La clave de mi fuga estaba en las puntas de mis dedos.

Y Chopin. Siempre Chopin:

Siempre había sabido que la diferencia entre Chopin y los demás compositores era que él escribía en primera persona, y todos los demás en tercera.

Konstantin nos resulta un romántico "de manual"; un joven rebelde e inconformista, egocéntrico, enfrentado al mundo que le rodea, que se expresa con una prosa apasionada. Precisamente esa pasión de sus palabras es la que mantiene al lector agarrado a la novela, acompañando a Konstantin con independencia de la idea que tenga de él, perdonando esas páginas de más antes citadas. Y Jóvenes talentos una novela excelente para comprender el Romanticismo - aunque esté escrita en el siglo XXI -. Una novela de formación, con su bajada a los infiernos incluida y que, naturalmente, se disfrutará más cuanto mejor se conozcan las piezas musicales a las que hace referencia.

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